Newaráriame

Newaráriame, Editorial Cal y Arena, Universidad Autónoma de Chihuahua, 1993.

 

El Pan de Cada Sombra

I

Esta costumbre,
esta grave costumbre de perderse
al momento en que hilos,
hojas lanceoladas,
tenues luces
de rostros
se deslíen
y cuerpos se borran
como en una vieja fotografía.
Hacienda, pan,
todo guarda su nombre bajo la sombra.
Siete vados antes de entrar a la ciudad
aún esparcen su mancha neblinosa.

II

Ruinas, nogales, sicomoros
desmoronándose en mis manos,
y entre huellas
el asomo de un lugar.
Espeso polvo, cordilleras,
nocturno el cañón
donde los gansos blancos de Babícora
esparcen la ceniza que dejaste enterrada en el Chuvíscar,
en la distancia que llamamos cercana indiferencia,
sus múltiplos sumándose a la trayectoria de tus días.
El eco de tus lamentos entre muros,
la soledad que ciñó tu muerte,
mito de noches y distancia,
certeza de lo que no es.

III

Arde la aurora,
alumbra la ciudad en ruinas,
el corredor de ancha bóveda,
los caminos de tierra,
el pantanoso piso de la caverna;
y buscas en tu cuerpo
ese cuerpo
extraviado
que se hunde.

IV

De noche las persianas,
los sueños
alejando su frente,
el vino que aromó la mesa,
el mediodía;
él era el mediodía,
la morada,
el sueño de quien ve doblemente en los espejos;
y en ese sueño el alarido,
la cuerda que nos ata
de los crepúsculos
a la contemplación.
Hablará de tu luz, alas de hielo
devolviéndome el canto,
la fuerza de los años
sostenida
en un atril.

V

Qué lugar es éste en el que habito
de hojas y penumbra presentir.
El polvo sella
el hambre del recuerdo…
Cae la noche
entre el silbido de los trenes.
Vestida de novia
la muñeca
de la hacienda va
por el pasillo oscuro.

Newaráriame
Editorial Cal y Arena, Universidad Autónoma de Chihuahua, 1997.

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diciembre 30, 2018